miércoles, 16 de enero de 2008

Inseguridad

INSEGURIDAD

El problema de la inseguridad es un tema en el cual no soy

un especialista y solamente me remitiré a dar una simple

idea desde mi pensamiento y sentido común.


Bien sabido es que la recuperación económica lograda luego

de la devaluación del 2002 no ha logrado mejorar los índices

de seguridad y que a la hora de buscar las falencias del

sistema están son muchas; que van desde la ineptitud e

incapacidad policial hasta los eternos tiempos de la justicia,

pasando por los infinitos huecos en las normas judiciales o el

pésimo sistema penitenciario.


Como proponer alternativas a estos temas particulares

sobrepasa ampliamente mis capacidades, me limitare a

opinar sobre otra faceta del tema de la seguridad y esta

es la que surge cada vez que existe una manifestación, no

del todo pacifica, el hecho esta en que hasta que punto

la policía actúa reprimiendo o repeliendo a los “manifestantes”.

Encontrar este límite es algo complicado ya que es muy

labil y genera confrontaciones a la hora de establecerlos.


Casos donde la policía actúa ante situaciones

“descontroladas” hay en todas partes del mundo; la

diferencia sustancial esta en que aquí no existen limites

“razonables” en cuanto a la actuación desde ninguna

de las dos posiciones(manifestantes y fuerzas de

seguridad) ya que podemos irnos a cualquiera de los

extremos, desde la represión durante la crisis del

2001 que dejo cerca de 20 muertos o mas acá en

el tiempo la muerte del maestro Fuente Alba;

hasta llegar al otro extremo donde los manifestantes

toman edificios (en general públicos) y provocan

destrozos los cuales paga toda la sociedad, hace

algunas semanas tuvimos un ejemplo donde

un grupo de manifestantes entro en un ministerio

en La Plata destrozando todo a su paso o en las

manifestaciones que se dieron hace un par de años

en la ciudad de Córdoba donde quemaron las

puertas del Palacio de Justicia y así podríamos

seguir enumerando ejemplos de ambos excesos.


A lo que quiero hacer referencia es a encontrar

un punto ecuánime como sociedad en la que, con

el mismo rigor nos opongamos a cualquier acto de

violencia ya sea de las fuerzas publicas o de los

manifestantes (con su legitimo derecho a

protestar) el hecho esta en que se castiguen con

el mismo ímpetu pasando a disponibilidad a

aquellos agentes que se excedan en el uso

de sus funciones o juzgando a aquellos

manifestantes que provoquen o inciten destrozos

a bienes ya sean públicos o privados.


Creo que el principal paso como sociedad es

reconocer cuando como manifestantes nos excedemos

coartándoles los derechos al resto de la sociedad y

juzgando legal y socialmente los destrozos ocasionados

a los diferentes edificios.


Pero esto no estaría completo sin el accionar de

nuestros representantes en los distintos

niveles gubernamentales, capacitando adecuadamente

al personal de seguridad, con sueldos dignos,

independencia de los poderes y el mejoramiento de

los sistemas judiciales y penitenciarios.


Estoy convencido que esto es viable, si cada uno

de nosotros desde nuestra conciencia cotidiana

respetamos los derechos básicos de cada uno, desde

el derecho al peatón en la seguridad vial, pasando

por el respeto a nuestros mayores; creo que bajar

los decibeles cada uno de nosotros podría ayudar

a evitar la gran irritabilidad que como sociedad

tenemos, respetándonos y exigiendo que se nos

respete en el marco de una sociedad ordenada y

civilizada.-


“La dificultad reside no en las ideas nuevas, sino en

rehuir las viejas que entran rondando hasta el ultimo

pliegue del entendimiento de quienes se han educado

en ellas, como la mayoría de nosotros.”

J.M.Keynes.-

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