INSEGURIDAD
El problema de la inseguridad es un tema en el cual no soy
un especialista y solamente me remitiré a dar una simple
idea desde mi pensamiento y sentido común.
Bien sabido es que la recuperación económica lograda luego
de la devaluación del 2002 no ha logrado mejorar los índices
de seguridad y que a la hora de buscar las falencias del
sistema están son muchas; que van desde la ineptitud e
incapacidad policial hasta los eternos tiempos de la justicia,
pasando por los infinitos huecos en las normas judiciales o el
pésimo sistema penitenciario.
Como proponer alternativas a estos temas particulares
sobrepasa ampliamente mis capacidades, me limitare a
opinar sobre otra faceta del tema de la seguridad y esta
es la que surge cada vez que existe una manifestación, no
del todo pacifica, el hecho esta en que hasta que punto
la policía actúa reprimiendo o repeliendo a los “manifestantes”.
Encontrar este límite es algo complicado ya que es muy
labil y genera confrontaciones a la hora de establecerlos.
Casos donde la policía actúa ante situaciones
“descontroladas” hay en todas partes del mundo; la
diferencia sustancial esta en que aquí no existen limites
“razonables” en cuanto a la actuación desde ninguna
de las dos posiciones(manifestantes y fuerzas de
seguridad) ya que podemos irnos a cualquiera de los
extremos, desde la represión durante la crisis del
2001 que dejo cerca de 20 muertos o mas acá en
el tiempo la muerte del maestro Fuente Alba;
hasta llegar al otro extremo donde los manifestantes
toman edificios (en general públicos) y provocan
destrozos los cuales paga toda la sociedad, hace
algunas semanas tuvimos un ejemplo donde
un grupo de manifestantes entro en un ministerio
en La Plata destrozando todo a su paso o en las
manifestaciones que se dieron hace un par de años
en la ciudad de Córdoba donde quemaron las
puertas del Palacio de Justicia y así podríamos
seguir enumerando ejemplos de ambos excesos.
A lo que quiero hacer referencia es a encontrar
un punto ecuánime como sociedad en la que, con
el mismo rigor nos opongamos a cualquier acto de
violencia ya sea de las fuerzas publicas o de los
manifestantes (con su legitimo derecho a
protestar) el hecho esta en que se castiguen con
el mismo ímpetu pasando a disponibilidad a
aquellos agentes que se excedan en el uso
de sus funciones o juzgando a aquellos
manifestantes que provoquen o inciten destrozos
a bienes ya sean públicos o privados.
Creo que el principal paso como sociedad es
reconocer cuando como manifestantes nos excedemos
coartándoles los derechos al resto de la sociedad y
juzgando legal y socialmente los destrozos ocasionados
a los diferentes edificios.
Pero esto no estaría completo sin el accionar de
nuestros representantes en los distintos
niveles gubernamentales, capacitando adecuadamente
al personal de seguridad, con sueldos dignos,
independencia de los poderes y el mejoramiento de
los sistemas judiciales y penitenciarios.
Estoy convencido que esto es viable, si cada uno
de nosotros desde nuestra conciencia cotidiana
respetamos los derechos básicos de cada uno, desde
el derecho al peatón en la seguridad vial, pasando
por el respeto a nuestros mayores; creo que bajar
los decibeles cada uno de nosotros podría ayudar
a evitar la gran irritabilidad que como sociedad
tenemos, respetándonos y exigiendo que se nos
respete en el marco de una sociedad ordenada y
civilizada.-
“La dificultad reside no en las ideas nuevas, sino en
rehuir las viejas que entran rondando hasta el ultimo
pliegue del entendimiento de quienes se han educado
en ellas, como la mayoría de nosotros.”
J.M.Keynes.-
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